Etimológicamente, la palabra "familia" proviene del latín familius que significa sirviente que pertenece a un amo. La familia está estrechamente unida a un régimen de propiedad y a un sistema de producción; el esclavista. Dentro de la historia de la familia siempre existió una esclava, que era justamente la mujer. Esto cesó más adelante, en la modernidad, cuando la mujer comenzó a independizarse del hombre y a valerse por sus propios medios.
Después de algunas transiciones, el matrimonio será asunto del Imperio Romano, por lo cual empieza a ser regulado por el derecho canónico, el cual va a determinar los derechos y obligaciones de los contrayentes, sobretodo relacionado al patrimonio y herencia.
La Iglesia asume el control de la sexualidad y de la educación, determinando el carácter monogámico e indisoluble del matrimonio, cuyo fin principal es la procreación. Prescribe deberes de los hijos para con sus padres (obediencia y respeto) y de los padres para con los hijos (sustento, instrucción y correción).
Al entrar en la Modernidad, se observa como la Revolución Industrial y los procesos de urbanización crecientes, transformarán sustancialmente a la familia. Por otro lado, vemos como se reduce el número de integrantes, creándose la familia conyugal nuclear.
Tras la modernización, la familia sufre un intenso cambio sociocultural llamado "familia en crisis", donde se encuentran estrechamente ligados los cambios culturales, económicos y sociales, al cambio que se produce en la familia moderna.
Al referirnos a la familia, la historia muestra que hay muchas formas identificables de la que misma, en cualquier cultura y en cualquier momento histórico.
Hoy en día, varios modelos organizacionales buscan imponerse ante la clásica familia tipo o familia tradicional, y podemos ver diversos tipos de familia que son identificables: la familia monoparental, la familia homoparental, la familia ensamblada, la familia extendida, la familia sin hijos y la familia de abuelos acogedores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario